INTRODUCCION
Recuerdo la Cobquecura de mi infancia, lugar recóndito, de naturaleza poderosa y arquitectura singular. La fascinación que me provocaba fue un misterio hasta que más tarde, en mis primeros años como estudiante de arquitectura, me llevó a dedicarle un verano a observar y dibujar sus casas, sus detalles, sus espacios, sus patios, sus jardines.
Entonces comprendí que lo que tenía ante mí no sólo era un pueblo que había sabido mantener íntegra su estructura ancestral. Se trataba además de un complejo equilibrio de factores donde arquitectura, paisaje y sociedad convivían en perfecta simbiosis de equilibrio e insólita armonía.
Fundada en época precolombina, Cobquecura se sitúa en una esplendida confluencia de fuentes naturales. El río, que trae la vida desde lejos, riega el fértil valle que se genera flanqueado por el acantilado. La roca se reconstruye en esos “panes de piedra” que han vuelto a cobrar forma como material arquitectónico. En frente el bravo y generoso mar, concede alimento y esculpe la roca creando mágicos paisajes que nutren y alimentan el espíritu.
Todo ello en un relativo aislamiento que ha hecho de Cobquecura un lugar donde al hombre se le ofreció todo. Ya no hay tiempo todo está dado, todo está tomado, nada falta. El pueblo vive. Los hijos de Cobquecura frente al mar sobre el risco valerosos miran al infinito. Aquí no ha llegado la prisa ni la obsesión por el consumo, no se ha instalado ni el desarrollo ni el éxito, no ha anclado ni la especulación ni la soberbia. Aquí el pan se ha hecho a fuego lento, lo que ha dado oportunidad de que “la cultura” se desarrolle sin fisuras, en estrecho vínculo con el paisaje y su humanidad, hecho que se refleja en la integral coexistencia de la estructura urbana indígena y la colonial en el paisaje natural.
Mi chile mineral genera piedras, talentos, almas. Como nos describe el sociólogo Richard Sennett en su libro “carne y piedra”, es la morfología de la arquitectura, del urbanismo y del paisaje las que facilitan y condicionan determinadas sinergias socioculturales, morfología que aquí demuestra una evidente eficacia.
La cordillera, el valle, los cielos inmensos, las avalanchas, los salares blancos como glaciares gélidos: somos.
Acaso otro mensaje que Cobquecura nos da es que esa, por momentos tan buscada, “identidad chilena”, necesariamente tiene que ver con su propio paisaje y de cómo el hombre se sitúa en él.
Y así en un momento de lucidez y fortaleza en 1992 el frente litoral de Cobquecura fuera declarado “Monumento Nacional en categoría de Santuario de la Naturaleza” y en 2005 su núcleo urbano obtuviera la protección como “Monumento Nacional en categoría Zona Típica”
El tiempo avanza y no siempre el sentido común le acompaña. Por un lado los que aman y aprecian los valores que Cobquecura representa, del otro, los que solo ven en su belleza la posibilidad de especular o un obstáculo a sus intereses.
De pronto, el 27 de febrero de 2010 la tierra tembló. Un brutal terremoto sacudió la zona central de Chile. Siendo Cobquecura el pueblo más cercano al epicentro. Gran parte de su patrimonio arquitectónico quedó destruido, dejando sus casas más vulnerables desnudas.
Tan trágico hecho me ha llevado a revisar mi trabajo “Recopilación de antecedentes históricos, constructivos y arquitectónicos de Cobquecura”, realizado en el año 1983, única memoria del pueblo y que fue determinante en las declaraciones de “Monumento Nacional en categoría de Santuario de la Naturaleza” y “Monumento Nacional en categoría Zona Típica” en los años 1992 y 2005 respectivamente. El paso del tiempo y las circunstancias me han llevado a revisar, ampliar y enriquecer el documento.
Lo pongo a disposición del pueblo de Cobquecura y de sus gentes, que las urgencias que nos acongojan no nos hagan olvidar su dimensión patrimonial.
Quiero trabajar para vosotros, sentir vuestros anhelos, soñar vuestros sueños, vivir vuestras vidas. La única opción que tenemos es persistir.
Aquí no hay nada, apenas un lugar mítico perdido en un planeta lleno de intangibles.
Quiero ayudaros a poner piedra sobre piedra. El cielo y el tejado son vuestros.
“Alma forjada en piedra”:
Primera parte: De la Construcción a la Destrucción.
Se abarcan diversas temáticas del valle de Cobquecura: la historia, el paisaje, la geomorfología, el pueblo, la trama urbana de influencia hispánica, su arquitectura y su construcción.
Esta ilustrado con dibujos hechos a pluma de sus casas, patios, detalles constructivos y materiales utilizados. Se incide en la singularidad paisajística, urbana y arquitectónica de este lugar.
*Recopilación de Antecedentes históricos, constructivos y arquitectónicos de Cobquecura realizada en el año 1983 por Rodrigo Díaz.
Segunda parte: De la Destrucción a la Construcción.
Desde el desolado marco actual se proponen ideas para la reconstrucción. Se analizan los orígenes de la trama urbana: lineal de origen indígena, y en damero de origen hispánico. Además de la cosmología mapuche. Todo esto pone en evidencia el amplio potencial de un turismo cultural sostenible.
Cedo al lector este trabajo, con el cual quiero contribuir a la recuperación y conservación de Cobquecura, poniendo a su disposición no sólo el material gráfico que constituye un fiel inventario de su arquitectura, sino que también todo el bagaje acumulado en más de 20 años dedicado al urbanismo, planeamiento territorial y paisaje. Todo ello con una visión más amplia, con nuevos conceptos y metodologías, como atento observador de esta nueva era en la que entramos.
DE LA CONSTRUCCIÓN A LA DESTRUCCION
Prólogo
Epicentro olvidado
Cobquecura, lugar recóndito de naturaleza poderosa, paisaje sobrecogedor y arquitectura singular.
No hubiera imaginado que años más tarde un terremoto extemporáneo sacudiría el pueblo hasta su destrucción. Desde la desolación y la distancia he intentado reconstruir este libro, la arquitectura de un pueblo y el alma de su gente. Mi esperanza es que este documento no solo sirva para la reconstrucción, sino que se convierta en una fuente de conocimiento que se amplié y se difunda en el futuro.
De alguna manera acercarme a mis orígenes honrando a mis antepasados y a esa fuerza de esa tierra que me dio el alma. El alma de Cobquecura esta llena de experiencias, tiene un gran pasado que le da carácter, pero tiene que mirarse desde fuera para anclarse en el mañana.
DE LA DESTRUCCIÓN A LA CONSTRUCCION
Prólogo
Desconcierto y premura
Quiero aportar a la reconstrucción de Cobquecura y a la sobrevivencia de su encantador y entrañable acontecer. Pero también quiero aportar a la sobrevivencia material de sus gentes, que no tienen otra opción de sobrevivir. Allí el presente es muy difícil: ni pesca, ni agricultura, ni industria forestal, su gente sólo podrá vivir, ojala de buena manera, con la preservación de un pequeño lugar mítico, perdido en el planeta y lleno de intangibles. Un lugar de tanta importancia en la historia, en su identidad cultural, en su naturaleza, paisaje. Tiene que ser capaz de labrarse su futuro.
Empecemos la reconstrucción que será el primer paso de este gran futuro.
Rodrigo Díaz Alarcón
2011 desde su oficina demostudio retoma este estudio para observarlo desde los nuevos tiempos y actualizarlo con nuevos conocimientos y plasmarlo en le libro “Cobquera alma forjada en piedra”.